28 de junio de 2010

En mi silencio habito


Sobria... sobria desde hace mucho, en espera de una boca que me embriague... En mi silencio habito las palabras que quizás jamás lleguen a ser leídas. Cada día apresuro el trayecto hacia la noche, cansa vivir, cansa agotar esto que me recorre, que me llena de todo el rencor del mundo. No es cobardía ante la vida: es hastío. Ya no busco, no hay necesidad. Soy un destino indescifrable, mutable, decadente e involutivo. Mi acontecer cotidiano me llama a los pasos dados, a seguir, a permanecer.