14 de junio de 2016

“Aprende a dudar de una persona con TCA”


Este blog se ha convertido en una cosa rara. Una mezcla de tantas cosas que a menudo desconozco sobre qué debo escribir. Sin embargo, creo que la idea general es dar un panorama de lo que vive aquí dentro, en silencio, lo que ocurre con una persona que “vive” con un trastorno de conducta alimenticia (TCA). Quizás mis palabras den un poco de luz a quienes tienen entre sus amistades a alguien que pase por la misma circunstancia.
         Hoy me encuentro en mi escritorio, como usualmente hago. La diferencia es que el alcohol me vuelve más sincero que de costumbre, a tal grado que he perdido algunas amistades por exceso de franqueza. Y, sin embargo, en este instante ha dejado de importarme la opinión de los demás. Hoy me sé vulnerable, de nuevo en esa gruta en la que habita la voz de Ana y su terrible condena: “no eres suficiente”.
         Podría decir que nadie debería creer cuando digo que estoy bien. La realidad es que nunca es así, ocurre siempre todo lo contrario cuando se trata de mí. Si digo “no hay problema”, en realidad por dentro las venas se dejan vaciar y están dispuestas a ceder a esa manía de abandonarme al eco.