5 de septiembre de 2009

Algo que se supone no debería ser política


Tengo la impresión de que nada va a funcionar. ¿Poca fe? No, realismo abrupto. Y pensar que llevo años de soñar con una situación así, y cuando se presenta... zaz, de golpe y porrazo me regresan a un mundo tan decadente... No caeré en la tentación de leer por primera vez en mi vida un libro de superación personal, creo que soy más creativo en un estado de soledad y marginación certera, en el que me es posible concebirme no en relación a los otros, sino hacia mí mismo.
A menudo me pregunto si tal condición no será un aliciente para continuar, como un tipo de droga... Me he dado cuenta de que prefiero permanecer en mi soledad que abrirme a las cosas, a las posibilidades del riesgo. Hace muchos, muchísimos años, como parte de una tarea elaboré una especie de cronograma de aspiraciones. Ninguna de ellas se ha cumplido hasta el momento, y mucho de lo que puse, por no decir todo, tenía que ver con realizar un esfuerzo de mi parte par alcanzar el objetivo. ¿Qué sucedió? Que las cosas cambian con mucha frecuencia, aunque se tengan objetivos específicos en la vida. En la infancia las aspiraciones son distintas que en la adolescencia o a tus 24 años... ¿Acaso hay algo definido en la vida? Las cosas son tan mutables que no hay una completa estasis. La mente es la que nos proporciona esa apariencia de estasis, la que relativiza la realidad. El mundo no tiene una precisión exacta y sin errores, tal condición fue un agregado del hombre, uno de tantos anexos que han convertido al mundo en algo decadente. Obsérvense los medios de comunicación y se comprobará. No hay mayor trascendencia en el mundo que las situaciones violentas, la sangre, el dinero, el poder; en suma, los grandes móviles de la historia. ¿No hay noticias felices?, ¿por qué empeñarse en siempre sacar la parte más cruel y despiadada de la historia? No es una advertencia de lo que viene, sino de lo que ya pasó y puede ocurrir si no se toman medidas urgentes. En primer lugar, es necesario conocernos, y para tal efecto se requiere volver la vista hacia esa época en la que la individualidad no estaba tan arraigada, donde la sociedad era eso, una sociedad, un entramado al que le afectan las decisiones de uno solo; a diferencia de la actualidad, en que una muerte pasa a ser una estadística más, es una cifra, un número, ni siquiera tiene nombre (véase CURP, Cédula de Identidad Ciudadana, RFC, en fin)... No pretendo encontrar el hilo negro de la paz mundial ni mucho menos, considero que reflexionar sobre la condición involutiva de la humanidad es pertinente para que las cosas funcionen mejor. En un mundo de tanta individualidad, ¿dónde quedan la mayorías? Es una paradoja que rompe totalmente con los esquemas prestablecidos para nuestra época. No puede haber una representación de los políticos en una Cámara mientras no haya un entramado verdadero de la sociedad. Tal parece que sólo en la tragedia el mundo se une para alir adelante, pero ¿qué necesidad?

1 comentario:

  1. Me llama la atención la parte en la que hablas de la histora. Es algo muy discutido, aún ahora en las corrientes más actuales que existen, la posición del individuo y la masa. El individuo en ella, la masa como algo que corrompe al individuo. ¿Qué hacer ante un bombardeo total del sistema que nos rige, es decir, que lo engloba todo, de una manera voraz?
    Comparto esa manía de planificar, escribir, escribir, escribir, para todo, post its y post its, libretas y libretas y demás pocas cosas se han cumplido a tiempo. O de la manera en que quería. Sin embargo, es importante saber qué queremos, aferrarnos. Aferrarnos es una manera de resistir, de llevar congruencia aunque el sistema nos absorva.

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