21 de septiembre de 2010

Evocaciones



Noche de insomnio, de pensar que no amanece y que las horas se aletargan sin posibilidad de descanso. Pudo ser el café, pero había tanto en qué pensar. "Lucía y la locura", "Espera en el umbral", "La hora fortuita"; todos son proyectos pendientes, que marchan a paso lento. Por supuesto que hay más proyectos, como la propuesta de teoría Queer para literatura LGBT, un análisis transcultural de la identidad sexual, ensayos sobre perspectiva de género, reflexiones sobre la experienci narrativa desde el flujo de conciencia...
Trabajar, pensar, reflexionar; es todo lo que tengo de momento. Hay mucho que escribir, pero no todo puede fluir como debiera. Noche a noche me repito: "calma, todo a su tiempo", pero el tiempo parece terminarse, y a veces me da la impresión de que no avanza. Ayuda mucho la posibilidad de escuchar tanta música: Loreena Mckennitt, Lisa Gerrard, Saint Preux, Catherine Major, Nolwenn Leroy, Akira Yamaoka, Mary Elizabeth McGlynn... en fin. "El metal de los instantes" quizás pueda presentarse de nuevo. No hay fecha definida, antes se requiere plantear el asunto con quienes participan en el proyecto. Ya no tengo miedo de mis monstruos: no soy una muñeca inexpresiva. Por otra parte, he llegado a una apuesta doble: o me arriesgo al amor y pierdo, o conservo mi fuerza de voluntad (Gracias, Proana!!) y pierdo. ¿Qué me conviene más perder?, ¿un cartón de chelas y una botella?, ¿o un tercio de mi fortuna y dos de mis libros y discos favoritos? Creo que es más conveniente hacer que los otros pierdan o mueran antes de que se cumpla la apuesta. Así no habría oportunidad de reclamar el premio. ¿Cuánto faltará para eso?, ¿jugarán sucio para verme peder?, ¿o se limitarán a que las cosas sucedan sin su intervención? Puede ser cuestión de decisión e inventiva, pero también de resistencia, de motivación, un trabajo apropiado para aplicar los principios de Ana... Fuerza, carácter, voluntad. No es novedad la evocación, tampoco me preocupa, es algo natural en mí, hasta ocultar esa evocación. Hasta el momento me ha funcionado. No pienso renunciar a mis ideales. Y aún falta mucho para tener un texto que me convenza... Sólo hasta entonces podré decir que soy un escritor consumado, preparado para entrar al mundo literario... En otoño las quimeras nos sentimos en nuestro elemento. Por fortuna hoy tengo un cielo gris con amenaza de lluvia, además de mi música y mis libros... no necesito nada más para vivir... hasta puedo prescindir del alimento (conste que los cigarros no son alimento)... Hoy puede ser un día especial... Seguiré en la espera, siempre evocando el otoño...

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