21 de abril de 2014

De "la media naranja" y un modelo heteronormativo


¿De dónde salió esa cosa que la gente llama "la media naranja"? Porque estoy seguro de que cierta cantante de mi generación no fue la causante de tantos jóvenes imberbes más preocupados por encontrar esa "media naranja" antes de llegar a los 30 años. Quienes irremediablemente nos acercamos a esa edad y aún permanecemos en la soltería somos un caso perdido, según su perspectiva.
¿Advierten hasta dónde llega la idea heteronormativa de "la media naranja"? Si bien los tiempos actuales han impreso una cierta "libertad" en el campo de la sexualidad, persisten ideas (y acciones) que, de forma consciente o inconsciente, reproducen todavía ese modelo heteronormativo de la "incompletud".
En ocasiones he llegado a sentir que me falta algo de tanto que insisten esos jóvenes en buscar su "media naranja". ¿Es que acaso la gente no nace "completa", independientemente de haber venido al mundo con una limitante física? Para mí, sigue siendo una idea por demás chocante.
Acorde con esta ideología, ese grupo (en el que también podría incluirme) al que han llamado "solterones", que a sus casi (o más de) 30 años no han encontrado a su "media naranja", parecen un caso perdido. Y si le agregamos detalles al estereotipo, debería sentirme peor porque ni siquiera tengo un perro o gato con el qué "consolar" esa "soledad". ¿Y debería sentirme mal por ello? Definitivamente, no.
En Las horas fortuitas y Amarás la sombra de tu cuerpo, si bien presento personajes que viven en esa búsqueda de "completud", pretendo que el lector advierta esa nueva perspectiva en la que el individuo no requiere de "otro" para estar "completo". La felicidad (el amor) no debería fundarse en la necesidad de "otro" para llegar a ella. ¿Vivir en la amargura por no haber conseguido una "media naranja"? No, gracias. Tengo suficiente con lo que puedo obtener por mi propio esfuerzo.

No obstante, ¿pensar de este modo no es negar también la posibilidad de una "pareja"? Tal vez, aunque en el fondo creo que una pareja no es propiamente una "media naranja". Más bien, cómplice del camino a recorrer. El secreto: no aferrarse a las personas como si la felicidad (el amor) dependiera de ellas. Al final, todo está en nuestras manos.

2 comentarios:

  1. Uno de los problemas es que buscamos la mitad de una naranja, cuando no somos naranjas. Podemos ser piñas, fresas melones, etc. El otro problema es que pensamos mucho en los asuntos amorosos y de parejas heteronormativas. Yo creo que esta cuestión no debería ser el eje y rector de nuestras vidas, sino un complemento a una vida llena de varias metas, actividades y proyectos.

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  2. Una de las cosas que aprecié en ambas novelas, y que más me gustó, fueron los finales, me dio una sensación de que el personaje se reconoce y encuentra consigo mismo, y que encuentra, o al menos transmite al lector, un estado de paz.

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