29 de junio de 2009

Quimera a la carga... de trabajo


Por si no fuera suficente pasar cerca de 9 horas 6 días a la semana en el claustro de mi trabajo, también me embarqué en la corrección de estilo de un libro de mi queridísima amiga Diana Arauz, y que conste que sólo lo hice porque la aprecio bastante y me apoyó mucho durantela carrera. Además, me metí en el cuidado de edición de una revista semstral de Odontología, con buena pga, pero demasiado trabajo. Y para colmo de males, metí solicitud a la UAZ para entrar a dar clases en Topografía en la materia de Técnicas de Aprendizaje, y supuestamente me llamarán esta semana para hacer la prueba ante los profesores de la Unidad... Y como no tengo suficiente con todo lo anterior, estoy todavía enyescado con la organización del Festival Cultural de la Diversidad Sexual, en su cuarta emisión; aunque los miembros del Colectivo Hijas de la Luna nos dividimos el trabajo, aún estamos faltos de manos que nos apoyen para toda la labor que implica la organización de tantos eventos. Sn embargo, el trabajo sale poco a poco. No me deprimo, en cierta forma es algo que buscaba, pero reconozco que me hace falta tiempo libre para muchas, muchísimas cosas. Una de mis mejores amigas, mi lesbiana favorita, me instó a meter proyecto a la convocatoria de este año de la Fundación para las Letras Mexicanas. Aún estoy por decidir, tengo el material para presentar mi propuesta, aunque las ganas todavía no se definen... ¿Qué me detiene? Hay tanto por hacer que aún no sé qué camino tomar... Anhelo realizar tantas cosas que se me va el tiempo sólo en pensar e imaginar lo que pasaría si me decidiera a hacerlas... De momento no tengo tiempo para muchas cosas, estoy saturado de actividades, ni siquiera me he puesto a pensar en ese ser frívolo que tanto me robaba el sueño. Sigo pensando que las rosas no fueron suficientes, pero ya habrá oportunidad de platicarlo... Un cambio de aires no me caería mal, me encantaría tener una salida al DF, aunque sea sólo un fin de semana, para respirar un poco de ese smog citadino que tanto me recuerda la vida de literato que me fascinaría tener. Si se da lo de la Fundación sería magnífico, así podría irme al DF con un buen pretexto, y quién sabe... tal vez pueda encontrar un nuevo rumbo, una ruta distinta a la que sigo... Extraño mi soledad de vida independiente, esa creatividad emotiva que podía hacer llorara cualquiera de tan fuerte e intensa que era mi escritura... ¿Dónde quedó esa Quimera?, ¿por qué lo bueno de la vida tiene que morir tan pronto?...

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