Dicen
que «recordar
es volver a vivir». Para algunos (la mayoría), ese mirar al pasado es la suma
de experiencias acumuladas en un rosario que da forma a una vida. Cada cuenta
es un instante (curioso: no recordamos secuencias completas, sólo un instante,
detalles, algo fugaz).
En
la suma de los días también se acumula «una de cal por las que van de arena»;
es decir, la memoria de la vida es un conjunto de experiencias que nos pueden
llevar de la risa al llanto, pasando por una gama extensa de emociones que
abarca también el miedo, la euforia, la incertidumbre.