15 de diciembre de 2019

332. La pausa

He escrito aquí de forma intermitente, como el llamado de las luciérnagas cuando buscan aparearse y cuyo destello a veces brilla y a veces se esconde, porque así es mi palabra y mi silencio, como una melodía con pausas.

         Perdonarán que haga una comparación tras otra. Hay ocasiones en las que uno no encuentra una manera de hacer entender al “otro” una circunstancia tal como uno la experimenta y nos queda recurrir a lo ya conocido para dar esa sensación.
         Tengo un diario en el que tampoco escribo a diario, sino en aquellos momentos en los que siento la necesidad de hacerlo, porque en esta carrera de la vida (puedo verla así porque así la siento, como si importara la meta y no el trayecto y es una carrera contra sí mismo ¿para probar qué?) siempre hace falta una pausa.
         Hablaba de que en la música también se incluyen pausas en sus pautas porque permiten al músico tomar aliento para la siguiente secuencia de notas. Para un científico, la pausa no necesariamente es un tiempo perdido, puede ser un lapso necesario para conseguir un resultado.
         Aquí debo hacer una corrección a mi anterior planteamiento. La vida es una carrera en este mundo en el que vivo, porque la vida en sí está llena de pausas que dejamos pasar en esa determinación de concluir la carrera de la vida. Son momentos que nos pueden otorgar mucha experiencia y satisfacción y se sacrifican por una idea de aspiración mayor, efímera, sí, pero nos es difícil asimilar que también es una imposición ajena a la voluntad.
         Bebo mi taza de café en pausas (iría más allá de mi locura si la bebiera de un solo trago sabiendo la temperatura del café que me podría causar quemaduras en la garganta) y en cada pausa, en cada sorbo, voy alimentando mi necesidad de contemplar el mundo tal como es.
         He vivido días aciagos, pero esta es mi pausa y me la permito para vaciar todo aquello que he reunido en las últimas semanas con tal de completar este único propósito que me he impuesto durante este año: escribir una cuartilla diaria. Y aquí va.

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