Obligada a pensar en la nostalgia del agua cuando cae, me doy tiempo de escribir lo que no escribo. Esta Quimera Falconiforme se ha vuelto plúvica sin proponérselo. Los ojos a menudo engañan, confunden, aparentan. ¿Qué se esconde en ellos?, ¿habrá algún vestigio de sinceridad, de espejo, o es que en la mirada proyectamos lo que otros quieren ver pero que jamás será? Hay quien asegura que los ojos son el espejo del alma, que reflejan lo que se guarda en el corazón.
¿Y qué me dicen de esa mirada inexpresiva que algunos tienen y que te hace sentir que el mundo se termina? ¿Qué hay de aquellos que te convencen de hacer mil y un cosas que normalmente no harías con tan sólo "hacer ojitos"? Hoy que llueve quiero quedarme en la cama, con las luces apagdas, mirar a través de la ventana y escuchar. No sé qué me pasa que las gotas al chocar con el cristal, bañar la tierra con su fuerza, me mueven a la estasis, a la contemplación, a la reflexión. Me quedan días míticos para grabar mi existencia en algo más perdurable que un acta de nacimiento o de defunción. La cuestión es que el tiempo se termina y yo sueño que sueño que sueño que sueño y no llego a algo en específico. A menudo ese viaje despierta mis ansias de querer hacer tanto, tantas cosas, que termino por creer que la noche será mi despertar. Llevo meses de tener una vida solitaria, sin ver a nadie, sin divertirme plenamente. No sé cómo regresar al mundo y establecer esa conexión real, que me vincule con algo, con alguien. Desde hace mucho hay un vacío que no ha podido ser llenado ni con el consumismo ni con el trabajo ni con el silencio ni con la escritura. Hace muchos veranos se robó mi sonrisa y la transformó en sombra; hace muchos otoños se llevó mis palabras y las convirtió en ceniza; hace muchos inviernos que no me siento igual. Con frecuencia la lluvia me hace pensar en esa época, ahora no duele, antes era algo insoportable. No obstante, no encuentro mi momento ni mi lugar. Estoy "fuera de" y muy en mi interior. Anhelo pero no arriesgo, deseo pero no procuro... ¿Temor a cortar las amarras? No, terror de no saber que las tuve...
¿Y qué me dicen de esa mirada inexpresiva que algunos tienen y que te hace sentir que el mundo se termina? ¿Qué hay de aquellos que te convencen de hacer mil y un cosas que normalmente no harías con tan sólo "hacer ojitos"? Hoy que llueve quiero quedarme en la cama, con las luces apagdas, mirar a través de la ventana y escuchar. No sé qué me pasa que las gotas al chocar con el cristal, bañar la tierra con su fuerza, me mueven a la estasis, a la contemplación, a la reflexión. Me quedan días míticos para grabar mi existencia en algo más perdurable que un acta de nacimiento o de defunción. La cuestión es que el tiempo se termina y yo sueño que sueño que sueño que sueño y no llego a algo en específico. A menudo ese viaje despierta mis ansias de querer hacer tanto, tantas cosas, que termino por creer que la noche será mi despertar. Llevo meses de tener una vida solitaria, sin ver a nadie, sin divertirme plenamente. No sé cómo regresar al mundo y establecer esa conexión real, que me vincule con algo, con alguien. Desde hace mucho hay un vacío que no ha podido ser llenado ni con el consumismo ni con el trabajo ni con el silencio ni con la escritura. Hace muchos veranos se robó mi sonrisa y la transformó en sombra; hace muchos otoños se llevó mis palabras y las convirtió en ceniza; hace muchos inviernos que no me siento igual. Con frecuencia la lluvia me hace pensar en esa época, ahora no duele, antes era algo insoportable. No obstante, no encuentro mi momento ni mi lugar. Estoy "fuera de" y muy en mi interior. Anhelo pero no arriesgo, deseo pero no procuro... ¿Temor a cortar las amarras? No, terror de no saber que las tuve...
PD: Un abrazo de todo corazón a mis Ranz, estoy con ustedes en su luto...
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