16 de junio de 2009

Nunca es suficente


Ella quiere verme con alguien, yo también. ¿Factible? No sé. Hoy fue un impulso, algo que necesitaba hacer, saber qué se siente enviar flores a esa persona. No tenían rosas del color que hubiera deseado, tampoco pude enviarle las palabras que tanto pensé; sólo cité un poema de Bécquer que tanto me recuerda a él. Pero ni siquiera sé si recibió esas docenas de rosas, no sé cómo drigirme, no sé qué decir, qué hacer. Resulta absurdo en una persona que toda su vida se ha dedicado a escribir, a sentir a través de la pasión. Encontrar a alguien que te quite las palabras de ese modo puede ser preocupante. ¿Por qué tengo miedo de mirarle? Ansío verlo, una y otra vez, pero no me atrevo a dar el paso. Aún sigo siendo el ridículo ñoño enamoradizo que suspira pero se guarda su amor en la vista baja. En fin. Ella me dio esperanzas, aunque fuera por cuestiones utópicas, infundadas, quiméricas. Tal vez esos fantasmas nos permiten arriesgar esa parte que no se atreve a salir. Ella tomó el riesgo y por un momento fue feliz, quizás hoy no tanto, las relaciones necesitan evolucionar, pero se mantiene estable con esa mujer que tanto la adora. Tengo celos de sus besos, porque yo podría darlos sime atreviera a cambiar. Tengo celos de muchas cosas que no me atrevería a contar a cualquiera, preferiría que mis secretos se develaran en cuerpo, en carne, en pasión, en deseo. He sido tan paciente que he permanecido casi dos años en la orden de la María Solterona, y varios más en la orden de Sango... loteo de abajo... No espero nada, ni siquiera una respuesta, tal vez no la merezco. No obstante, quisiera al menos un vez más saber lo que es amar a alguien...

1 comentario:

  1. hola quimera falconiforme, muy bien el blog, sólo leí el de las rosas y con esta bitácora te veo, aunque ya me habías contado todo. Creo, además, que es como una forma de sacar todo lo que traes adentro, eso que no puedes decir. Lo que yo te puedo decir es que sí arriesgues; al final, si no funciona, quedará la dicha y los momentos gratos y eso sí merece la pena de recordar. besos.
    sandy

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