3 de agosto de 2019

201. La dentadura


Cuando he visto imágenes de cráneos humanos, siempre he imaginado que sonríen. Esa impresión me queda, aunque sé que para sonreír se requiere de unos labios. Esos cráneos bien podrían estar llorando y la ausencia de labios impide saberlo. Se trata de un remanente de la vida: los dientes se muestran por lo regular en una sonrisa y rara vez durante el llanto.

         Tal vez se trate de una representación generalizada a partir de los grabados de José Guadalupe Posada en torno a la Catrina, una imagen también recurrente en México en las festividades con motivo del Día de Muertos, en una mezcla de folclor celta y prehispánico desde la “noche de todos los santos” (Halloween) en la que millones de personas se disfrazan de seres imaginarios en torno a un sistema de creencias.
         En esas fechas es usual que haya personas que se maquillen como Catrinas (diferentes a las calaveras), con un intenso colorido que fusiona los rasgos de un esqueleto y el folclor mexicano, incluyendo una aparente sonrisa en la representación, como si esta se burlara de la muerte en una evocación de los carnavales medievales en los que se invertía el significado cotidiano de las cosas.
         Hablamos de un maquillaje que perfila una dentadura recta y, sin embargo, parece esbozar una sonrisa sobre los labios en los que se dibujan. Reverencia y burla en torno a la muerte (también podríamos referirnos a la Muerte con mayúscula inicial, como una personificación de “lo que ha de suceder”).
         Hablo de esta reminiscencia porque en algunos diccionarios de sueños, la dentadura se vincula con desventuras y tragedias. La pérdida de dientes implica la cercanía de lecciones que otorga la vida y, como sabemos, la vida te curte con experiencias duras porque no se aprende de la risa.
         En otros diccionarios de sueños otorgan un significado diferente a la pérdida de dentadura: una boda que deparará solo infortunios para los contrayentes. Unos más predicen la muerte de familiares, el corte de vínculos, la madurez de la persona que sueña e incluso la muerte propia.
         Hay quienes llegan a soñar con objetos dentados (algunos apartados de la Psicología se refieren a una especie de “vagina dentada” como ese miedo a la feminidad por parte de los hombres).
         Lo cierto es que la dentadura se pierde en tres ocasiones: los dientes de leche, la muda de dentadura en la adolescencia y la pérdida total durante la etapa de la vejez. La alternativa en este último caso ha sido desarrollada por la Ortodoncia y tiene siglos de practicarse: dientes falsos que permitan a la persona continuar con su vida cotidiana, en acciones tan fundamentales como alimentarse.
         La dentadura tiene más de un propósito en el organismo, pero sigo pensando que la sonrisa es una estampa que da un poco de belleza macabra a la muerte.

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