Cuando he visto imágenes de
cráneos humanos, siempre he imaginado que sonríen. Esa impresión me queda,
aunque sé que para sonreír se requiere de unos labios. Esos cráneos bien
podrían estar llorando y la ausencia de labios impide saberlo. Se trata de un
remanente de la vida: los dientes se muestran por lo regular en una sonrisa y
rara vez durante el llanto.
Tal
vez se trate de una representación generalizada a partir de los grabados de
José Guadalupe Posada en torno a la Catrina, una imagen también recurrente en
México en las festividades con motivo del Día de Muertos, en una mezcla de
folclor celta y prehispánico desde la “noche de todos los santos” (Halloween)
en la que millones de personas se disfrazan de seres imaginarios en torno a un
sistema de creencias.
En
esas fechas es usual que haya personas que se maquillen como Catrinas
(diferentes a las calaveras), con un intenso colorido que fusiona los rasgos de
un esqueleto y el folclor mexicano, incluyendo una aparente sonrisa en la representación,
como si esta se burlara de la muerte en una evocación de los carnavales
medievales en los que se invertía el significado cotidiano de las cosas.
Hablamos
de un maquillaje que perfila una dentadura recta y, sin embargo, parece esbozar
una sonrisa sobre los labios en los que se dibujan. Reverencia y burla en torno
a la muerte (también podríamos referirnos a la Muerte con mayúscula inicial,
como una personificación de “lo que ha de suceder”).
Hablo
de esta reminiscencia porque en algunos diccionarios de sueños, la dentadura se
vincula con desventuras y tragedias. La pérdida de dientes implica la cercanía
de lecciones que otorga la vida y, como sabemos, la vida te curte con
experiencias duras porque no se aprende de la risa.
En
otros diccionarios de sueños otorgan un significado diferente a la pérdida de
dentadura: una boda que deparará solo infortunios para los contrayentes. Unos
más predicen la muerte de familiares, el corte de vínculos, la madurez de la
persona que sueña e incluso la muerte propia.
Hay
quienes llegan a soñar con objetos dentados (algunos apartados de la Psicología
se refieren a una especie de “vagina dentada” como ese miedo a la feminidad por
parte de los hombres).
Lo
cierto es que la dentadura se pierde en tres ocasiones: los dientes de leche,
la muda de dentadura en la adolescencia y la pérdida total durante la etapa de
la vejez. La alternativa en este último caso ha sido desarrollada por la
Ortodoncia y tiene siglos de practicarse: dientes falsos que permitan a la
persona continuar con su vida cotidiana, en acciones tan fundamentales como
alimentarse.
La
dentadura tiene más de un propósito en el organismo, pero sigo pensando que la
sonrisa es una estampa que da un poco de belleza macabra a la muerte.
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