15 de noviembre de 2019

284. El azul


Azul profundo en la boca del espejo,
azul de sal,
         de no saber ni el nombre,
azul de cielo en un mar de roca.


Azul la gota de mis ansias,
         la urdimbre tejida en la memoria,
         la sombra curtida en la ventana.

Azul el poema que me habita,
         la tinta en cada verso,
         la mancha fugaz del horizonte.

Azul la belleza que se agota,
         la pupila que marchita,
         el candente sabor de la cicuta.

Azul el paso en falso, a la carrera,
azul la duda que remueve a conciencia,
azul mi anatomía cuando ya esté muerta.

Que nada queda es la certeza,
que nada vive
         -sobrevive-
más allá del último latido.

Y así habla la voz de la experiencia.

Los años de azul cianuro se dibujan,
de azul tormenta la esperanza,
azul la noche plena
como la lluvia clavada en mi silueta.

Azul esta aspereza de la cama,
azul hiriente el escombro de mi cuerpo,
azul de sangre para morir con clase.

Azul de noche atascado en la garganta,
         como la vida,
                  mutilada en la última palabra.

Pero al final de todo,
         del azulado matiz de la nostalgia,
mi propia luz se volverá silencio.

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