18 de noviembre de 2019

304. El peso


Aquí dentro pesa tanto.


Veinticinco gramos y un cuerpo reducido,
minúsculo,
         inerme.

Umbral que abre los ojos.

De lana el techo, más frío que el destino,
como una bóveda, la luz aprisionada,
y el tiempo que oprime los segundos
consigo arrastra eslabones de añoranza.

Sola.

Sí.

Ni un alma que escuche mis palabras.

Aquí dentro hay tanto eco.

Absorta, espero el delirio de la muerte,
lluvia lenta que inunde mis cavernas,
venas muertas donde antes hubo aliento.

Entonces, la vida en un instante,
         mil años en la boca del segundo,
sus alas abre cual negra mariposa
y bebe del néctar de mis canas,
lenta,
         eterna,
                  la fuga prolongada.

Luego nada.
El vago sentimiento de ser Nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario