9 de junio de 2019

154. La enfermedad


Hipócrates es considerado el “Padre de la Medicina”. Incluso los doctores, en pleno siglo XXI, al graduarse, hacen un “Juramento de Hipócrates” con principios éticos que deben aplicar en su profesión buscando el bienestar del paciente. Me pregunto si la medicina podría existir en ausencia de la enfermedad o si la medicina también previene la enfermedad.

         En ambos casos considero que sí. Debe existir medicina enfocada a la prevención y medicina destinada a la atención de enfermedades. La enfermedad, en todo caso, sería el eje sobre el cual se mueve la medicina: evitarla o atenderla.
         Y aunque la ciencia médica ha avanzado enormemente sobre todo en el último siglo, hay quienes mantienen firme una teoría sobre la enfermedad: esta es producto de emociones y pensamientos que no podemos procesar de manera adecuada y nos afectan a nivel orgánico. De ahí la gran frase “mente sana en cuerpo sano”, expresión que dejaré en pausa y retomaré párrafos más adelante para cuestionarla conforme al canon de nuestros días.
         Decía que hay una teoría muy difundida en torno al origen de la enfermedad (así en abstracto) en la que esta es considerada producto de emociones y pensamientos que no podemos procesar. Así tenemos que los problemas que involucran el aparato digestivo corresponderían a la ira, mientras que los problemas respiratorios a cosas que nos guardamos y no decimos.
         Otras enfermedades, como el cáncer, dependiendo del órgano afectado, tendrían que ver según esta teoría con el tipo de emociones contenidas que no llegamos a expresar por temor a herir o afectar a otros. Y sin embargo se afecta uno mismo al guardarse esas emociones tratando de proteger a los otros de nosotros mismos.
         Desconozco si esta teoría se ha comprobado, supongo que es producto de la observación, algo empírico donde se va visto un patrón que se repite en diferentes casos y circunstancias. Y la medicina se ha concentrado en desarrollar métodos y tratamientos para atender estas enfermedades, aunque supongo que el acompañamiento psicológico ayudaría a mejorar los tiempos de recuperación.
         Pero volvamos a esa expresión tan socorrida de “mente sana en cuerpo sano”. Vivimos tiempos en los que se impone incluso desde los medios de comunicación un estilo de vida saludable que ayude a prevenir enfermedades. No obstante, por mucho que se lleve un estilo de vida así, es común ver a ese tipo de gente seguir siendo una mierda de personas en la vida diaria y seguir experimentando diversas enfermedades.
         Si atendiéramos más a la farmacobiología, creeríamos que la enfermedad es producto de la invasión de un agente externo que desestabiliza nuestro sistema inmunológico. Nuestro cuerpo sería un santuario invadido por alguna horda barbárica que todo lo destruye. La medicina sería el ejército al que acudimos para defender nuestro territorio. ¿Esperaremos una invasión o tomaremos medidas precautorias para evitar una invasión a nuestro santuario?

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