Hipócrates es considerado el
“Padre de la Medicina”. Incluso los doctores, en pleno siglo XXI, al graduarse,
hacen un “Juramento de Hipócrates” con principios éticos que deben aplicar en
su profesión buscando el bienestar del paciente. Me pregunto si la medicina
podría existir en ausencia de la enfermedad o si la medicina también previene
la enfermedad.
En
ambos casos considero que sí. Debe existir medicina enfocada a la prevención y
medicina destinada a la atención de enfermedades. La enfermedad, en todo caso,
sería el eje sobre el cual se mueve la medicina: evitarla o atenderla.
Y
aunque la ciencia médica ha avanzado enormemente sobre todo en el último siglo,
hay quienes mantienen firme una teoría sobre la enfermedad: esta es producto de
emociones y pensamientos que no podemos procesar de manera adecuada y nos
afectan a nivel orgánico. De ahí la gran frase “mente sana en cuerpo sano”,
expresión que dejaré en pausa y retomaré párrafos más adelante para
cuestionarla conforme al canon de nuestros días.
Decía
que hay una teoría muy difundida en torno al origen de la enfermedad (así en
abstracto) en la que esta es considerada producto de emociones y pensamientos
que no podemos procesar. Así tenemos que los problemas que involucran el aparato
digestivo corresponderían a la ira, mientras que los problemas respiratorios a
cosas que nos guardamos y no decimos.
Otras
enfermedades, como el cáncer, dependiendo del órgano afectado, tendrían que ver
según esta teoría con el tipo de emociones contenidas que no llegamos a
expresar por temor a herir o afectar a otros. Y sin embargo se afecta uno mismo
al guardarse esas emociones tratando de proteger a los otros de nosotros
mismos.
Desconozco
si esta teoría se ha comprobado, supongo que es producto de la observación,
algo empírico donde se va visto un patrón que se repite en diferentes casos y
circunstancias. Y la medicina se ha concentrado en desarrollar métodos y
tratamientos para atender estas enfermedades, aunque supongo que el
acompañamiento psicológico ayudaría a mejorar los tiempos de recuperación.
Pero
volvamos a esa expresión tan socorrida de “mente sana en cuerpo sano”. Vivimos
tiempos en los que se impone incluso desde los medios de comunicación un estilo
de vida saludable que ayude a prevenir enfermedades. No obstante, por mucho que
se lleve un estilo de vida así, es común ver a ese tipo de gente seguir siendo
una mierda de personas en la vida diaria y seguir experimentando diversas
enfermedades.
Si
atendiéramos más a la farmacobiología, creeríamos que la enfermedad es producto
de la invasión de un agente externo que desestabiliza nuestro sistema
inmunológico. Nuestro cuerpo sería un santuario invadido por alguna horda
barbárica que todo lo destruye. La medicina sería el ejército al que acudimos
para defender nuestro territorio. ¿Esperaremos una invasión o tomaremos medidas
precautorias para evitar una invasión a nuestro santuario?
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